Monday, October 30, 2006
Dreams of a Tropical Place (Sueños de un lugar tropical)
It's all Mary's fault. She told me tonight she is headed for Hawaii for two months in early December. She will use much of the time to work on her Bush book. No, not that guy -- this is not an overtly political book.
Mary is photographing and writing about the one kind of bush I truly can love, besides the types I've planted...Her book will be a revolutionary look at...women.
But it was her mention of Hawaii that set me off. All of a sudden I was flooded with memories. Of Waimanalo, its long sweet curving beach at dawn and again at sunset. We had dinner down there sometimes, around a bonfire like the Hawaiians do. The local foods may be fattening, but -- yum -- I'd gratefully eat poi , Mango Bread, and mahi mahi again.
A long time ago, twenty-nine and a half years to be exact, I spent a month or so out in the islands, evaluating whether to relocate there.
But something held me back. I now know that that something was and is San Francisco and its unique energy. This is a town where people flow to from all over the world out of a desperate need to escape from something plus a compelling need to find something.
If whatever they are fleeing or whatever they are seeking is not essential to their identity, they return to where they came from, or a similar place, after experimenting here for a while.
The ones who stick are both the ones who can't go home again, and the ones who recognize that they have found their natural home. This is a city of love. Falling in love here is as natural as earthquakes or other natural disasters.
With a similar outcome, I might add.
But, living here also makes you conscious of all the destinations within easy reach. My friend Julie today told me of her weekend birthday hike with her boyfriend along the Lost Coast (Happy Birthday, Julie!), some five driving hours north of here. But the Feather River Valley beckons, as does Tahoe, Yosemite (my ten-year-old reader, Dylan, told me that he thought it was pronounced "Yo's-might" for the longest time), Sea Ranch, Big Sur, the Delta islands, Gold Country, Pt.Reyes...these are all accessible by car.
Las Vegas, LA, San Diego, Portland, Seattle, Vancouver, Mexico -- all easy to get to by plane.
The entire Pacific Basin.
This is the sight that rewarded us on one of the more challenging hikes I've ever taken, in July 2005. So hot and primal that not even the chill of rejection, silence, distance, hurting words, or time can erase. When you've glimpsed the core of this planet at such close quarters that it would be a trivial pursuit to jump in and obliterate your physical self, I suspect this is akin to what believers would say is glimpsing the face of God.
Not me. I believe instead in the wet, molten flow of desire, the fire that creates children, and fuels our irrepressible urge to fall in love with each other, spilling our bodily fluids into one another purposefully -- in surely the truest act of hope of all.
The proof is in the pudding, and I'll vouch for that, six times over.
Sometimes, even now, I fantasize about a seventh. But, no, stop me, please! Someone tell me to clip those tubes and make sure it never happens. Though, of course, I will never listen to anyone on questions such as this one.
-30-
Lunes 30 de octubre de 2006
Sueños de un lugar tropical
Es toda la avería de Maria. Ella me dijo que la dirijan esta noche hacia Hawaii por dos meses diciembre a principios de. Ella utilizará mucha de la época de trabajar en su libro de Bush. No, no ese individuo -- esto no es un libro abiertamente político.
Maria es que fotografía y escribiendo sobre la una clase de arbusto puedo amar verdad, además de los tipos que he plantado… su libro seré una mirada revolucionaria en… las mujeres.
Pero era su mención de Hawaii que me fijó apagado. Todo el repentino me inundaron con memorias. De Waimanalo, de su playa que curva dulce larga en el amanecer y otra vez en la puesta del sol. Cenábamos tragamos allí a veces, alrededor de una hoguera como los Hawaiians. Los alimentos locales pueden cebar, pero -- yum -- Yo agradecido comería poi, el pan del mango, y el mahi del mahi otra vez.
Un de largo plazo hace, twenty-nine y una mitad de los años a ser exactos, pasé un mes o tan hacia fuera en las islas, evaluando si volver a poner allí.
Pero algo me sostuvo detrás. Ahora sé que ese era algo y soy San Francisco y su energía única. Esto es una ciudad a donde la gente fluye de por todo el mundo de una necesidad desesperada de escaparse algo más una necesidad que obliga de encontrar algo.
Si lo que están huyendo o lo que están buscando no es esencial para su identidad, vuelven a donde vinieron, o un lugar similar, después de experimentar aquí durante algún tiempo.
Los que se pegan son ambos los que no pueden ir a casa otra vez, y los que reconocen que han encontrado su hogar natural. Esto es una ciudad del amor. El caer en amor aquí es tan natural como terremotos u otros desastres naturales.
Con un resultado similar, puede ser que agregue.
Pero, el vivir aquí también te hace consciente de todas las destinaciones al alcance de la mano. Mi amigo Julia hoy me dijo de su alza del cumpleaños del fin de semana con su novio a lo largo de la costa perdida (feliz cumpleaños, Julia!), un cierto norte de cinco horas que conduce de aquí. Pero la pluma River Valley hace señas, al igual que Tahoe, Yosemite (mi diez-año-viejo lector, Dylan, me dijo que él pensara que fue pronunciado “Yo's-pudo” por el tiempo más largo), el rancho del mar, Sur grande, las islas del delta, país del oro, Pt.Reyes… éstos es todos accesible en coche.
Las Vegas, LA, San Diego, Portland, Seattle, Vancouver, México -- todos fáciles conseguir en a plano.
El lavabo pacífico entero.
Ésta es la vista que nos recompensó en una de las alzas más desafiadoras que he tomado siempre, en julio de 2005. Tan caliente y principal que no iguala la frialdad del rechazamiento, silencio, distancia, lastimar palabras, o tiempo puede borrar. Cuando glimpsed la base de este planeta en tales los cuartos del cierre que sería una búsqueda trivial a saltar adentro y para borrar a tu uno mismo físico, sospecho que éste es relacionado con qué believers dirían glimpsing la cara del dios.
No yo. Creo en lugar de otro en el flujo mojado, fundido del deseo, el fuego que crea a niños, y aprovisioné de combustible nuestro impulso incontenible de caer en amor con uno a, derramando nuestros líquidos corporales en uno otros útil -- en seguramente el acto más verdadero de la esperanza de todos.
La prueba está en el pudín, y atestiguaré para ése, seis veces encima.
A veces, incluso ahora, fantasize alrededor de un séptimo. ¡Pero, no, me para, por favor! Alguien me dice que nunca suceda acortar esos tubos y cerciorarse de él. Aunque, por supuesto, nunca escucharé cualquier persona en preguntas tales como ésta.
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