Tuesday, December 19, 2006

Nightwalking (El caminar de la noche)

Th-h-e-e-y-y'r-r-e back!

I knew it was way too good to be true the other morning when I awoke to a naked street, i.e., stripped of all signs of the occupying army (read: PG&E.)

All the heavy equipment, the tow-away warnings, the orange cones, piles of cement and other junk? Gone. No, that's not quite right. There was one lonely orange cone left on the curb, sitting cockeyed near the garage loft next door.

A sign of things to come (back), as it were.

The street and its sidewalks were quite the worse for wear, mind you. Big pockets had been ripped hither and thon, then hastily paved over with that gooey black gunk. They hadn't evened out the unevenesses.

Sloppy job, I thought as I slogged my way to the large gray lunchbox I hurtle down the highway to work in, day after day. I do somewhat resemble a sandwich, I realize, layers of clothes, fat, muscle, bone, and random tissue with a blood-political-anger level way over the legal limit for one my age.

Not to worry. When this sandwich of a man (albeit half-eaten by then, given the daily wars) returned home that night, it was to a neighborhood retaken by the occupiers. They had reclaimed every inch of the block with spanking new tow-away signs, bright orange cones, and monster trucks that resemble heavily armed HUMvees.

As I walked about the Mission last night, first I saw the strange ghost hanging near a street light (top), and then, near my intended destination, this weird excavation done by the Department of Public Works. Inside the cozy club, meeting my friends Dan and Destiny, I soon forgot about my irritation at PG&E and how it's never possible to sleep in past 7 a.m. anymore.

Back through the night I later returned, back past the hole in Folsom Street and back past the ghost of 20th Street, still swinging overhead. 'Round the corner and into the home stretch, this by-now crumpled sandwich of a fellow rumbled, only to come up short at some messaging that the occupiers had spray-painted smack in front of my place.
So, what the hell is "Mill/Fill." I'm afraid we'll find out soon enough.

-30-

El caminar de la noche

¡Parte posteriora del th-h-e-e-y-y'r-r-e!

Sabía que era manera demasiado buena ser verdad la otra mañana en que me desperté a una calle desnuda, es decir, pelada de todas las muestras del ejército que ocupaba (leído: PG&E.)

¿Todo el equipo pesado, remolca-lejos las advertencias, los conos anaranjados, las pilas del cemento y la otra chatarra? Ido. No, de que absolutamente correcto. Había un cono anaranjado solo a la izquierda en el encintado, sentando cercano cockeyed la puerta siguiente del desván del garage.

Una muestra de cosas de venir (trasero), como ella era.

La calle y sus aceras eran absolutamente las peores para el desgaste, importan de ti. Los bolsillos grandes habían sido rasgados aquí y thon, después pavimentados precipitado encima con ese gunk negro gooey. No habían igualado hacia fuera los unevenesses.

Trabajo descuidado, pensé como slogged mi manera al lunchbox gris grande que hurtle abajo de la carretera para trabajar adentro, día tras día. Me asemejo algo a un emparedado, yo realizo, las capas de ropas, grasa, músculo, hueso, y tejido fino al azar con una manera del nivel de la sangre-político-cólera sobre el límite legal para uno mi edad.

Para no preocuparse. Cuando este emparedado de un hombre (no obstante mitad-comido para entonces, dado las guerras diarias) volvió a casa esa noche, estaba a una vecindad vuelta a tomar por los inquilinos. Habían reclamado cada pulgada del bloque con el azote nuevo remolcan-lejos muestras, conos anaranjados brillantes, y los carros del monstruo que se asemejan a HUMvees pesadamente armado.

Mientras que caminé sobre la misión ayer por la noche, primero vi el fantasma extraño el colgar cerca de una luz de calle (tapa), y entonces, cerca de mi destinación prevista, esta excavación extraña hecha por el departamento de obras públicas. Dentro del club acogedor, resolviendo mis amigos Dan y destino, pronto me olvidé sobre mi irritación en PG&E y cómo nunca es posible dormir adentro más allá de 7 mañanas más.

Detrás con la noche volví, muevo hacia atrás más adelante más allá del agujero en la calle y la parte posteriora de Folsom más allá del fantasma de la vigésima calle, alambique que hacía pivotar por encima. 'Alrededor de la esquina y en el estiramiento casero, éste por-ahora el emparedado arrugado de un compañero retumbó, sólo para subir brevemente en una cierta mensajería que los inquilinos aerosol-habían pintado tortazo delante de mi lugar.
Así pues, cuál el infierno es “molino/el terraplén.” Estoy asustado que descubriremos pronto bastante.

-30-

Lunes 18 de diciembre de 2006

1 comment:

Anonymous said...

¡Gracias por fijar en español! ¡Es agradable leer tus historias, senor!