Monday, December 18, 2006

Ice on the throttle ( Hielo en la válvula reguladora)


The doorbell rings.

"Yum, yum." says the friendly Chinese man.

We have to keep our small wall heater on 24/7 these days. It freezes overnight. Filling the kids' lunch boxes between serving them courses of warm cinnamon bread this morning was like working a one-man assembly line.

Check: one napkin per box. One fork. One small water bottle. Carrots, cucumbers, or broccoli. Apples, grapes, tangerines, kiwis, berries distributed in the proper combination as per each kid’s preferences. One string cheese each. One little bag of crackers. A cookie each.

And then, of course, a thermos of warmed-up Chinese food each, courtesy of Yum Yum House.

The sight of ice all over my car slows the 7:20 a.m. choir run. Aidan and I peer through the partially defrosted windshield. "Everyone is driving so slowly," he notes. Meanwhile he pulls his sweatshirt over his legs; he wears shorts almost every day, but especially today. Because an older kid has been suspended from school, he may be moved up to the varsity basketball squad for this afternoon's basketball game!

We practiced all weekend. At five foot ands maybe 80 lbs., he can easily outmaneuver me these days. My extra foot of height, 120 lbs. in weight, and 47 years does me no good against his weaving and bobbing, or against his graceful fade-a-way jumper.

He's a joy to watch.

An hour later, I am back at the school, dropping off his little brother and sister.

Three kids, three backpacks, three lunchboxes.

Now, it's time for me to get my workday going. I have three laptop computers packed in my trunk; the two PC's are malfunctioning; the Mac is the only reliable box I have these days. Traffic is heavy.

It's 9 a.m. Three hours after I woke up, I'm on the job, looking through excel spreadsheets, checking out the editorial tool, meeting with colleagues. A check of my electronic calendar reveals what I already knew -- six main meetings today.

This year is winding down, just like the leftover rice drained down into my garbage disposal this morning, as I was cleaning up the kitchen. Years slope downward, as we all know. The feeling is just like riding a sled down a snowy hill.

The bottom approaches. Then the year pivots and a new one begins. We make resolutions. We get a burst of new energy. Let us count the days: 365 to come in 2007. Many early breakfasts, many lunches into boxes, a variety of dinners. Lots of trips to Safeway, to the cleaners, to school plays, to the self-service gas stations.

Down 101, up 101. Into the house, out of the house. Down the bag stairs to play basketball with the boys, back up the stairs for some water. The days, now so short, will grow longer. Spring will return, a time of planting.

It will be a season of letting go of the past and trying to find new paths too the future. Maybe granola bars, I'm thinking, or PBJ sandwiches. Maybe salami slices, or cauliflower. Maybe a hard-boiled egg now and then.

Pass the salt.

-30-

Hielo en la válvula reguladora



Los anillos del timbre.

“Yum, yum.” dice a hombre chino amistoso.

Tenemos que guardar nuestro calentador pequeño de la pared en 24/7 actualmente. Congela durante la noche. Llenando las cajas del almuerzo de los cabritos entre la porción los cursos del pan de cinamomo caliente esta mañana eran como el trabajo de una planta de fabricación de una persona.

Cheque: una servilleta por la caja. Una bifurcación. Una botella pequeña del agua. Zanahorias, pepinos, o bróculi. Manzanas, uvas, mandarinas, kiwis, bayas distribuidas en la combinación apropiada según las preferencias de cada cabrito. Un queso cada uno de la secuencia. Un poco bolso de galletas. Una galleta cada uno.

Y entonces, por supuesto, thermos del alimento chino calentado-para arriba cada uno, cortesía de la casa de Yum Yum.

La vista del hielo por todas partes mi coche retarda el funcionamiento del coro de 7:20 mañana. Aidan y yo miramos con fijeza a través del parabrisas parcialmente descongelado. “Cada uno está conduciendo tan lentamente,” él observa. Mientras tanto él tira de su sweatshirt sobre sus piernas; él usa los cortocircuitos casi diarios, pero especialmente hoy. ¡Porque han suspendido a un más viejo cabrito de escuela, él puede ser movido hasta la escuadrilla del baloncesto del varsity para el juego de baloncesto de esta tarde!

Practicamos todo el fin de semana. En cinco ands del pie quizá 80 libras., él puede outmaneuver fácilmente me actualmente. Mi pie adicional de la altura, 120 libras. en peso, y 47 años me hace ningún bueno contra el suyo que teje y que se menea, o contra su puente agraciado de la descolorar-uno-manera.

Él es una alegría a mirar.

Una hora más adelante, estoy detrás en la escuela, cayendo de su pequeños hermano y hermana.

Tres cabritos, tres petates, tres lunchboxes.

Ahora, es hora para mí de conseguir mi ir del día laborable. Hago tres computadoras de computadora portátil embalar en mi tronco; las dos PC están funcionando incorrectamente; el Mac es la única caja confiable que tengo actualmente. El tráfico es pesado.

Es 9 mañanas. Tres horas después de que desperté, estoy en el trabajo, mirando sobresalgo a través las hojas de balance, comprobando hacia fuera la herramienta editorial, satisfaciendo con a colegas. Un cheque de mi calendario electrónico revela lo que sabía ya -- seis reuniones principales hoy.

Este año está enrollando abajo, apenas como el arroz de sobra escurrió en mi disposición de basura esta mañana, pues limpiaba encima de la cocina. Los años se inclinan hacia abajo, como sabemos. La sensación es justa como montar un trineo abajo de una colina nevosa.

Los acercamientos del fondo. Entonces el año gira y un nuevo comienza. Hacemos resoluciones. Conseguimos una explosión de la nueva energía. Contemos los días: 365 a venir en 2007. Muchos desayunos tempranos, muchos almuerzos en las cajas, una variedad de cenas. Porciones de viajes a Safeway, a los limpiadores, enseñar juegos, a las gasolineras del autoservicio.

Abajo de 101, encima de 101. En la casa, fuera de la casa. Abajo de las escaleras del bolso para jugar a baloncesto con los muchachos, sostener las escaleras para un poco de agua. Los días, ahora ponen en cortocircuito, crecerán tan más de largo. El resorte volverá, una época de plantar.

Será una estación de dejar va del pasado y de intentar encontrar las trayectorias nuevas también el futuro. Quizá las barras del granola, estoy pensando, o los emparedados de PBJ. Quizá rebanadas del salami, o coliflor. Quizá un huevo duro ahora y después.

Pasar la sal.

-30-


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